Colabora: Cintia Romay, Abogada egresada de la UBA y actualmente cursando la Diplomatura en Desarrollo Sostenible en la UTN.
Según la Comisión Económica Para América Latina y El Caribe (CEPAL) “La huella de carbono es la medida del impacto de todos aquellos gases de efecto invernadero producidos a raíz de nuestras actividades (individuales, colectivas, eventuales y de los productos) en el medio ambiente. Es decir la cantidad de toneladas o kilos de dióxido de carbono equivalente de gases de efecto invernadero, producidos en el día a día a causa de la quema de combustibles fósiles para la producción de energía, calefacción y transporte entre otros procesos”
Si bien, toda actividad genera algún tipo de impacto en el ambiente, hay algunas que generan una menor cantidad de huella de carbono o tienen una huella de carbono que se compensa a través de distintas actividades, como por ejemplo: la reforestación o la plantación de árboles, para que, a través de estos se capturen los gases de efecto invernadero por medio de la fotosíntesis.
Ahora bien, la métrica de carbono se puede medir a través de diferentes escalas de acuerdo a la intensidad de las emisiones de CO2. De acuerdo con el sexto informe del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPPC), las emisiones de gases de efecto invernadero provenientes de actividades humanas han contribuido al calentamiento global a principios del siglo XX en un 1,1 °C.
En el diagrama superior se pueden visualizar las actividades industriales de la UE (Unión Europea) que generan una mayor emisión de gases de efecto invernadero. Siendo así el sector energético uno de los mayores responsables de las emisiones de gases de efecto invernadero, con el 77, 01 % , luego seguimos con la agricultura contribuyendo en un 10, 55 % en las emisiones de gases de efecto invernadero, por otro lado los procesos industriales y el uso de los productos contribuyen en un 9,10 % y los residuos en un 3,32 % .
A partir de estos informes los gobiernos deben diseñar e implementar políticas públicas que contribuyan a reducir de manera eficaz las emisiones de gases de efecto invernadero proveniente de los principales sectores de la industria.
¿Cómo compensarán las empresas su huella de carbono?
En el caso de las empresas, la huella de carbono de un producto o servicio, la métrica permite entender en qué parte de la cadena productiva se emiten grandes cantidades de GEI (Gases de efecto Invernadero); Compensar la huella de carbono, pasa por varias cuestiones, la primera de ellas es medirla, la segunda es desarrollar acciones que permitan recortar las emisiones de GEI de la compañía la mayor cantidad posible, y finalmente y las más importante es la de invertir en créditos de carbono a través de proyectos que capturen y almacenen el dióxido de carbono equivalente a esas emisiones, que debido a su actividad no se han podido reducir #porunmundomejor.
Climate Trade, es un Marketplace que funciona como punto de encuentro entre compañías que necesitan compensar su huella de carbono, esta explica que cada tonelada de carbono absorbida por la atmósfera representa un crédito de carbono o compensación de CO2 . Para asegurar la legitimidad y transparencia de estos créditos, estos tienen que ser aprobados por empresas de estándares internacionales que verifican la eficacia de cada proyecto en absorber la emisiones de GEI y generen un impacto positivo en el medio ambiente. La venta de estos créditos de carbono es una fuente de financiación que permite a las empresas seguir y ampliar su actividad. Además hace un trabajo adicional para asegurar la legitimidad y transparencia, utilizando blockchain🌱 para realizar un seguimiento de créditos y evitar que los créditos se cuenten dos veces.
Por ejemplo: Una de las grandes empresas de traslados con el logo violeta, para compensar la emisión de su huella y lograr la neutralidad en carbono. Desde 1998 esta compañía es una de las que compensa su huella de carbono, no solo generada por su actividad corporativa sino que también por los trayectos de usuarios y empresas que utilizan sus servicios. Uno de los proyectos en lo que opera es la reforestación en la Comunidad de Montes Vecinales de Laza (Galicia, España), donde se plantan pinos en una superficie de 5,87 hectáreas, otro proyecto es el de Madre de Dios, con el que busca proteger 100.000 hectáreas de la selva amazónica peruana, un espacio con biodiversidad única donde habitan comunidades indígenas y especies de animales en peligro de extinción.
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