Colabora: Simei Andrea Corona, estudiante de Licenciatura en Comercio Exterior e
implementadora de comunicaciones por Email Marketing en el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Cuando hablamos de forestación, se puede tornar sumamente amplio, pero básicamente podríamos definir a dicha actividad como aquella que se ocupa de estudiar, fomentar y gestionar la práctica de las plantaciones, especialmente en los bosques.
En nuestro país, tenemos el privilegio de contar con un gran potencial forestal, ya que poseemos alrededor de 53 millones de hectáreas de tierras con aptitudes forestales de alta calidad, estos suelos varían desde profundas arcillas rojas hasta tierras arenosas.
Nuestros bosques nativos consisten en un ecosistema forestal natural, compuesto de diversas especies nativas y maduras en constante relación con el medio que las rodea (es decir: el suelo y subsuelo, la atmosfera, el clima el agua, fauna, biodiversidad), entre las especies nativas destacamos al Lapacho, el Quebracho, el Algarrobo (que seguro oíste hablar de ellas, y si!, son nativas y son Argentinas).
La gran pregunta: ¿Cuándo conviene forestar? La respuesta a la pregunta viene muy ligada a toda la gran crisis del Cambio Climático lamentablemente, ya que estamos sometidos a ello, pero, con una mirada puesta en lo comercial, en este caso, los factores principales a tomar en cuenta serían:
Cuando las plantas están en una zona con crecimiento limitado y por lo tanto no generan beneficios significativos.
Cuando la especie autóctona es tecnológicamente inapropiada y no cumple las exigencias de industrias determinadas.
Cuando no existe ninguna especia nativa próspera para su crecimiento debido a las estaciones climáticas.
Cuando no existe ninguna especie forestal.
Ahora bien desde el punto de vista del comercio como he mencionado, históricamente Argentina ha estado posicionado positivamente como importadores netos de productos forestales con alto valor agregado, algunos productos son: las láminas, madera aserrada de bosques nativos y también muebles. Logrando así, satisfacer el mercado interno y externo. Los datos hablan, y, en los últimos años nuestro país ha exportado madera y derivados de origen forestal por sumas cercanas a: 100 millones de dólares (estas operaciones se han ido incrementando desde 1995, década de los 90’ que nos caracteriza).
Continuando, y en relación al título, el Marketing es un gran protagonista en esta área ya que desempeña un papel crucial en la promoción y comercialización de estos productos tanto, a nivel nacional como internacional, las estrategias de marketing ayudan a crear una demanda y así posicionarnos como un proveedor con características sumamente importantes tales como la confianza, la calidad, la buena fe y demás en el producto que adquirirán como compradores en los mercados globales.
Nota importante: desde el año 1992, el país cuenta con un régimen de promoción forestal (Ley de promoción de Inversiones Forestales N° 25.080), para incentivar el desarrollo de estas actividades, promoviendo un alto impacto multiplicador sobre los puestos de trabajo en este sector, aunque no debemos dejar de olvidar la Ley de Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental de los Bosques Nativos N° 26.331, la cual se sancionó en el 2007 y empezó a implementarse en el año 2009, protegiendo a estos ecosistemas que tan importantes son.
A mi parecer, hay muchísimo más que conocer de la forestación y sus beneficios, que contribuyen de manera beneficiosa a la conservación de la biodiversidad, la mitigación del cambio climático, la protección de suelos y aguas y la generación de empleo y recursos sostenibles #porunmundomejor.
Bibliografía:
"Geografía económica Argentina, para comercio exterior y despacho aduanero”. Autor: Pablo. A Peruzzotti